“Como ya os lo he dicho antes, que los que practican
tales cosas no heredarán el reino de Dios.”
Gálatas 5:21
Alfredo A.
Calderón Cámara
Asustado un presbítero después de oír el audio
donde Waldemar Ceballos dicta la infamia en contra de Mateo García y miró el
video de denuncia de la ministro de culto –que por razones obvias no se
menciona su nombre-, invitaba al columnista a tratar el tema dentro de los
límites espirituales. Interesante propuesta, pues sea ángeles o demonios, ambos
son temas del espíritu. Las obras de la carne –como la difamación y demás
delitos del orden federal- cometidos por Ceballos Arcila son el fruto del
pecado viviendo en su cuerpo y trágicamente se ve en su vida diaria, eso en un
ministro de más de 55 años. Lo grave de este tipo de obras ceballistas son 1.- Inocultable
es la enemistad; no puede controlar el odio, que siente por mucho tiempo, el
que está arraigado dentro de su corazón. 2.- La discordia; evidente es, que desde
su posición de poder abusa de su autoridad y pelea contra García Campos para
obtener algo y engaña haciendo todo lo que haya que hacer con tal de obtener lo
que quiere. 3.- Cismático, la actitud de Ceballos Arcila genera división porque
pretendió ponerle en contra de Mateo García, a todos.
Waldemar Ceballos debería ser ejemplo de lo bueno,
pero es todo lo contrario. Es un excelente ejemplo de maldad, de perversidad.
Este tipo de pastores que viven conforme las obras de la carne al igual que el
diablo ya conocen su destino. La Biblia en términos reales lo dice de manera
simple: no heredaran el reino de Dios”. Lo que quiere decir que Dios está
enojado con Ceballos Arcila y si está enojado con él; no lo dejará entrar al
cielo. Esto puede verse claramente, Dios es justo y las obras de Waldemar son
la injusticia, la calumnia, la difamación, para poder pensar en llegar al cielo
Ceballos Arcila debería vivir una vida justa para ser aceptado; pero no lo hace,
todo Tabasco está viendo que sus obras son malas. El expediente de Waldemar no deja dudas: profesa a Cristo,
predica a Jesús, defiende sus creencias religiosas, pero sigue adelante en su
perversidad, vive como quiere sin que le importe lo que Cristo piense de su
maldad. Hace lo que quiere, sin importarle que mientras más prédica las obras
de Jesús, más se nota que no hace lo que Jesús le ordenó que hiciera: amar a su
prójimo como a él mismo ¿Calumniar a Mateo García, difamar a la pastora es
amarlos como a él mismo? ¡Para nada! En el análisis serio Waldemar piensa que
puede seguir haciendo mal, que al final tendrá tiempo de arrepentirse y será
aceptado. La realidad dice que ni se vista, que al cielo no va…
EL SEPTIMO
SELLO
Vivir en tanta depravación religiosa
es un error fatal. El mismo error cometido por los gálatas. Sólo que Waldemar
tiene un problema mayúsculo; la inaceptabilidad del pecado, sabe que lo hizo,
pero no lo acepta. Primero muerto que aceptar que su alma ulcerada por el
pecado de la difamación chapalea en la ciénaga de la bajeza. Servido Eustorgio…
LA
SEPTIMA TROMPETA
Miles y miles de ciudadanos se detienen frente
a las pantallas de grupo GEO para leer detenidamente la infamia que Ceballos
Arcila obligó a firmar a una indefensa mujer. También puede revisar esta columna en el blog http://alfredocalderon.blogspot.com/.
Denuncias,
soplos y chivatazos al teléfono 99 33 18 21 65…
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