“Por cuánto habéis dicho: Pacto tenemos hecho con la muerte y convenio
hicimos con el Seol, cuando pase el turbión del azote, no llegará a nosotros
porque hemos puesto nuestro refugio en la mentira y en la falsedad nos
escondemos”
Isaías 28:15
Alfredo A. Calderón
Cámara
A estas
horas debe de estar el proceso del juicio de Waldemar Ceballos en Asambleas de
Dios. No es de alegrarse lo que le sucede a este dirigente religioso, pero su
conducta es totalmente vergonzosa y como tal debe ser juzgada. El problema es
de fondo y la solución también. Por décadas Waldemar Ceballos ha sido el azote
de todo aquel ministro que no sea de su agrado. Es algo así como un cáncer que
llegó a la metástasis y se encuentra en fase terminal. Sus armas cotidianas: la
manipulación, los pactos secretos y todo aquello que sea fuera del orden de
Dios. Quien pretenda negar los méritos que tuvo para subir, faltaría a la
verdad. Ceballos Arcila fue un excelente evangelista allá por los años 60´s, en
los años 70´s comenzó a pastorear en el templo Bethel, basado en defraudar la
confianza del extinto Augusto Aguilar Pinto, un verdadero pastor, hombre
sencillo, integro e irreprochable. Y ahí comenzó la carrera de Ceballos Arcila.
Haciendo trampas, utilizando a la gente y pisándola cuando ya no le servía.
Haber
amenazado a Patsy Paola Uc con destruir su familia es aberrante. Usted se
preguntará ¿Cómo es posible que un pastor de más de 50 años haga esto? Ceballos
Arcila hace eso y más. Samuel Vásquez era hasta hace poco un hombre sano en sus
juicios y decisiones, detestaba a su paisano Waldemar Ceballos, le daba asco
que fuera yucateco y no pocas veces le dijo al columnista “no te vayas a vender
con ese viejo puerco de Ceballos, me da asco que sea mi paisano, los yucatecos
no somos así”. Uno de tantos días lo dijo delante del periodista Jorge Jesús de
la Cruz en las oficinas centrales de Asambleas de Dios en México, pensando que
se trataba de otro ministro evangélico.
El día
que hoy la realidad es otra, Samuel Vásquez a quien el columnista estima, es
otro, al final el que cedió a los acechos de Ceballos Arcila fue él y aunque
hay estimación, también hay profesionalismo en el ejercicio periodístico.
Samuel Vásquez cuando fue desechado por el grueso de los ministros nacionales
para la directiva nacional, llegó a la superintendencia adjunta por los votos
que Ceballos Arcila le llevó el día de la elección; debía el favor y tenía que
pagarlo; por eso, ha cometido errores garrafales al servicio de Ceballos Arcila,
pidió que no se leyera todo el expediente de Mateo García porque sabía que al
final estaba la acusación contra Ceballos y ese fue el error. Los asuntos han
trascendido y parece una brutal avalancha cuesta abajo que todo comenzó de una
pequeña bola de nieve…
EL SEPTIMO SELLO
Dentro de Asambleas de Dios todo parece ser un juego de
ajedrez donde nadie quiere batirse las manos. El caso Waldemar Ceballos apesta,
hiede a distancia por lo pútrido…
LA SEPTIMA TROMPETA
Abel
Flores Acevedo no tiene necesidad de contaminarse. Samuel armó todo este
embrolló, que sea el mismo, quien ejecute a Ceballos Arcila. A nadie conviene
que este escándalo llegue a nivel nacional donde la peste alcanzará niveles
inesperados. También puede
revisar esta columna en el blog http://alfredocalderon.blogspot.com/.
Denuncias,
soplos y chivatazos al teléfono 99 33 18 21 65…
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.