“El hombre se alegra con la respuesta de su boca;
Y la palabra a su tiempo, ¡cuán buena es!”…
Y la palabra a su tiempo, ¡cuán buena es!”…
Proverbios 15:23
Alfredo A. Calderón Cámara
Mirar hacia el interior del Hospital de Alta Especialidad Juan Graham Casasus es conocer las entrañas de todo un complejo sistema sobre el cual descansa gran parte de la estabilidad de salud del sureste del país; puesto que los hombres no logran alcanzar las metas de manera aislada, día a día el organigrama de trabajo de cientos de médicos concurren a todo esfuerzo que tienda al mejoramiento de este nosocomio que dirige el doctor Humberto Azuara Forcelledo, desempeñando con eficacia las funciones apropiadas a sus aptitudes y que muestra en el ejercicio diario que cuanto más intensa sea la fe en un ideal, más imprescindible es el sentimiento que compele a servirlo; llevar las riendas de un gigante de la medicina obliga al cumplimiento del deber que hila eslabón por eslabón: las victorias de salvar vidas a diario, satisfacciones muy por encima de las derrotas de tener que luchar contra lo imposible. Ahora bien, habrá que entender que a diario se lucha contra viento y marea para satisfacer todas y cada una de las condicionantes de la demanda social, que con cada recorte y sacudida de la macro economía del gobierno estatal, las partidas presupuestales del Hospital Juan Graham sufren infartos y convulsiones que dejan no pocas veces en terapia intensiva la viabilidad de arribar a mejores estadios de atención.
No es de dudar que a veces la inconformidad brota de pretender logra lo imposible, pero en el análisis serio, la sociedad y el individuo a diario se condicionan recíprocamente; por el respeto a la justicia social, medimos la civilización de la primera y por la austeridad de trabajar con lo indispensable se valoran los altos beneficios que recibe el segundo: la fórmula de la justicia social, es garantizar al hombre todos sus derechos, la fórmula de la dignidad individual es cumplir con todos los deberes correspondientes que lo obligan a lo mínimo. Sin embargo, el rango público de medir equilibrios entre aciertos y desaciertos no siempre es justo ni guardan armónica proporción, mientras las inexactitudes y tropezones son medidos por farolas no sanas que confunden lo sublime con lo mezquino, fama que suele ser farsa y pillería, corona fácil que la propaganda fabrica y la justicia marchita; los éxitos y coincidencias por sistema eluden cuanto sea oropel o ruido mundanal, pues se niegan a participar en telenovelas mitos de sí mismas.
Caminar entre las arterias y venas de este gigante de la salud implica ver cara a cara el sufrimiento diario de los que menos tienen, es observar el rostro de seres sin ayer y sin mañana lacerados por la enfermedad, de tabasqueños pobres y jodidos que encuentran en el diario ejercicio de los escuadrones que Azuara Forcelledo encabeza el ánimo der mirar que por encima de las debilidades del sistema, existe el interés de restaurar cada herida, sanar cada enfermedad y rescatar cada vida de flagelos sociales que descalabran y magullan la vida diaria de una sociedad que al entrar con la incertidumbre en la mano a las puertas del Hospital Juan Graham, encuentra el trato amable que obligan a reconocer virtudes no conocidas…
EL SEPTIMO SELLO
Soslayar el trato amable y delicado de doña Elizabeth Hidalgo, sería imperdonable y fuera de cordura, Humberto Azuara tiene en esta excelente dama, su mano derecha…
LA SEPTIMA TROMPETA
Mañana les cuento sobre los desvaríos de Gina Trujillo, luego de su plática con Manuel Andrade, no cabe duda que es malo el gordo, pone loco a cualquiera cuando de hacer maldad se trata. La experiencia de Gina de nada le sirvió…
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.