“Porque fueron hallados en mi pueblo impíos; acechaban como quien pone lazos, pusieron trampa para cazar hombres”…
Jeremías 5:26
Alfredo A. Calderón Cámara
En la Delegación Tabasco de Diconsa, las cosas que parecían tan ajenas a los vientos de tromba parecen haber llegado a su fin, el manoseo propiciado por el Gerente General pasando por el encargado de Finanzas, deja sentir que le metieron la mano a las decisiones sindicales y que las consecuencias no tardaran en darse, ya que son demasiados los brotes de corrupción y cosas peores que se dan dentro de este organismo federal, ya que la impunidad tiende a caer, dados los secretos entretelones que han estado rebasando los límites de la confidencialidad, siendo los jefes quienes deben de cuidar sus espaldas, ya que hasta nombres y cuentas bancarias de las amantes de los jefes han sido filtradas y eso en rubros de noticia: es grave. Las líneas de investigación han sido abiertas y pocos dudan que el llanto comience desde el encargado de Finanzas que tiene una cola que no puede controlar y menos ocultar tantos señalamientos de corrupción, asuntos espinosos que serán la piedra en el zapato que motivarán muchas confesiones. Aunque es dable entender que pocas veces se cometen tantos errores juntos como ahora.
No es de tirar en saco roto que la venta clandestina y trafico de maseca, va de la mano con las “amigas” con que el gerente general es señalado, pues cada día se deja sentir más que los amoríos han dejado al “jefe” sentado en el banquillo de los acusados y verdugo de su propia crucifixión, preso de insomnios de vacíos y mártir de sí mismo, metió la mano y ahora débil y andrajoso, mutilado de simpatías y empatías tendrá que aguantar las consecuencias de su mal proceder, porque cobran vigencias expedientes de empleados presionados y despedidos a la mala, el malestar ha llegado al límite que la presión “ya levanta la tapa de la olla”; pues los vicios caminan por los pasillos de Diconsa con la vergüenza extraviada desde el área jurídica, pasando por Finanzas hasta llegar a la oficina del Gerente General, quien a estas alturas ya sabe que tendrá que pagar el daño colateral por no saber respetar los límites que le marcan la lealtad, pues vive la traición como imperativo y el dolor como holocausto.
Ahora bien, la corrupción en Diconsa es tal y tiene tantas pústulas, que la estabilidad política y administrativa siempre han pendido con un alfiler, mismo que ahora escenifica su endeblez y su inexorable desamparo, donde de nada servirán los alaridos fanfarrones del “jefe” menos su trasvestismo moral, pues los tiempos en que los secretos deban ser abiertos han llegado y hay quienes apuestan a que se pondrá el dedo en la llaga, es decir, en el ser, que es donde más duele y que demuestra que las agujas del pajar están siendo sacadas bajo una amenaza con culpa que no puede ser evitada, porque de una u otra forma nadie puede negar que el sello que define a Diconsa, la traición…
EL SEPTIMO SELLO
La delegación federal de la SCT es inoperante en su totalidad, no dan una porque todos en ella todos quieren su “mochada”, nadie da paso sin huarache, todas las obras que tienen, están paralizadas y no hay para cuando, el lunes inician las clases y al menos en Ciudad Industrial el embotellamiento y el caos vial será brutal…
LA SEPTIMA TROMPETA
Por su parte Luis Carlos Dupeyron en la Delegación de Economía, no sólo no puede, sino tampoco sabe cifras y datos mínimos de su área, sino que lejos de respetar a los medios de comunicación, sigue mintiéndole a la prensa…
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