Cueva de ladrones…

“diciéndoles: Escrito está: Mi casa es casa de oración; mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones”…

Lucas 19:46

Aunque el obispo Gerardo de Jesús Rojas López haga cambios en las distintas parroquias para “un mayor servicio en lo pastoral” asegura, la realidad es que cada día las iglesias se siguen vaciando ante la poca capacidad que tienen los sacerdotes de darle a las almas lo que en realidad necesitan, no se trata de una crítica sin fundamente, sino de comenzar por reconocer la realidad y mientras la iglesia católica siga usando a la feligresía para enriquecerse, poco o nada logrará y las iglesias al igual que los odres rotos, seguirán vaciándose sin control.

Habrá que partir de un principio de orden en el cual la fe es una pasión de servicio a Dios de manera incondicional y cuando la fe flaquea, la carne se goza y entonces es cuando a la feligresía los sacerdotes como pastores del rebaño del Señor están obligados a darle pastos frescos y aguas de vida, pero en lugar de eso le dan pasto seco y cuando la gente va a la iglesia a buscar sanidad para su alma y encuentra un cura más alebrestado que un caballo bien alimentado relinchando tras la mujer del pobre y confiado feligrés que día y noche trabaja para ser el proveedor del hogar, pues es cuando se dan este tipo de detalles; claro está, fuera de esos cuadros Gerardo Jesús no tiene nada de qué preocuparse, amén de algunos vicio ocultos que existían en el obispado –de seguro ya fueron erradicados- donde algunas monjitas se salían aprovechando las sombras de la noche con un cura que hasta de pollero ha sido tachado, para darle gusto al cuerpo.

Viendo este tipo de cuadros, la gente en la iglesia entiende que por muchos senderos puede marcharse con igual fe y de paso evitan que sus esposas sean conquistadas por los calenturientos sacerdotes, personajes muy alejados de amar apasionadamente la cruz de Cristo y por lo mismo no demuestran una fe viva, ni viven con firmeza lo que predican y menos lo defienden con heroísmo, porque no se puede negar que las iglesias donde manejan las curias y se reglamentan y manosean los otros sacramentos, son empresas en que la administración de los intereses temporales ha relegado a segundo plano las fidelidades éticas a Cristo; pues de una u otra forma, habrá que mirar de cerca que están administradas por escribas y fariseos a los que el mismo Jesucristo les llamó sepulcros blanqueados cuando al entrar el templo vio las condiciones de abuso del pueblo que existía, por molesto el mismo Cristo habló fuerte diciéndoles: Escrito está: Mi casa es casa de oración; mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones…

EL SEPTIMO SELLO

Basta revisar los antecedentes de algunas parroquias para ver el por qué la sociedad ha perdido la credibilidad en algunos sacerdotes; hace algunos años en Jalpa de Méndez, el cura del pueblo Rubén Medina, hombre alto, de ojos grises, fornido, pelo enmarañado y otras cualidades, provocó que algunas damas no resistieran al “hombre de dios” y zas, cayeran en sus sabanas –no se puede decir en sus brazos- hasta que una de tantas, más fértil que las otras salió embarazada y salió huyendo con el cura dejando abandonado su hogar y esposo, un funcionario que entonces trabajaba en la Procuraduría General del Estado a quien el cura le hizo los “tamales de chivo”…

LA SEPTIMA TROMPETA

Una prueba de que las cosas no han cambiado es la forma en que siguen abusando de la grey y despojando de terrenos como lo tratan de hacer en el fraccionamiento Lagunas…