“sigamos lo que contribuye a la paz”
Romanos 14:19
Alfredo A. Calderón Cámara
Justo a las ocho y media de la mañana Luis Felipe Graham llegaba a su oficina, quedaba atrapado en ese muro humano, saludos, ruegos, abrazos, peticiones, besos y súplicas, manos que buscaban manos, jalones de camisa; así, el pre candidato del PRI a la alcaldía del Centro aceptaba que pasaran los segundos sin hacer el menor intento de librarse, cumplía 53 años, su cumpleaños era un motivo más para estrechar lazos de amistad, la marimba no dejaba de sonar, sólo paraba para darle un espacio a los tamborileros y Luis Felipe se dejaba llevar por los abrazos, uno a uno, hasta llegar al salón donde saludaba mano a mano cada uno de los amigos nuevos y viejos, líderes naturales con ropa deteriorada o acomodados olorosos a perfumes caros, ciudadanos de todos los niveles, de arriba y de abajo, elegantes de piel cuidada o con rostros de piel seca, curtida por el sol, jóvenes o veteranos, agradecimientos y bendiciones, llegaba de todo y de todos lados, viriles e indefinidos; damas hermosas y no tan lindas, chocas naturales con el síndrome de la pigua o con cirugías estéticas. Así, arrastrando la pierna y su bastón, con demasiados años encima desde González 2ª, llegaba Valentín Merodio Zapata, saludaba y pedía un trabajo.
No era un evento político, era una celebración desbordada que movía el ánimo de saludar al amigo, al hombre que aún siendo invidente le había dado un trabajo; por eso, llegaban en fila india, guiados ante la oscuridad eterna Miguelina y Chucho: Graham Zapata les había dado trabajo sin menoscabar que eran ciegos, lo saludaban, abrazaban y entregaban solicitudes; de la nada, aparecía Jazmín Solís, las miradas se volvían sobre ella, tras ella también venían miradas que arrastraba desde la ranchería La Palma, una choca de buen ver y mejor tocar que alegraba la pupila, lo abrazaba, le deseaba parabienes ante el silencio y las miradas picaras; entraban llamadas de políticos u otros amigos, lo agobiaban y terminaba por entregar los celulares a sus auxiliares; entendía que ese día no era dueño de sí mismo, sino de la fila sin fin de amigos que no lo soltaban, amigos legendarios como José Luis y Boris que junto con él se tomaban otra vez la foto: 35 años después, los tres centrales del Cruz Azul en la liga Carlos A. Madrazo en los años 70´s, cuando chamacos jugaban fut bol en los campos de tierra de la vieja Ciudad Deportiva, amigos de toda la vida que al paso del tiempo reconocían que la sinceridad rinde frutos…
EL SEPTIMO SELLO
¿Qué aporta José Eduardo Rovirosa en su arribo al PRD? Un pasado priista en el que hay demasiadas prácticas corruptas que el partido del que defeccionó le perdonó y él nunca agradeció. El PRI arrastró todo este tiempo la mala fama del residuo peligroso y contaminante de una persona que se hace el loco, que en cuestión de género, en masculino sería el “Brígido del PRI” y habría que pedir perdón a Brígida por la ofensiva comparación. El arribo de este tipo de personajes al PRD debe provocar alarma, se incrusta un cáncer de corrupción a punto de metástasis, una urticaria con la cual el PRI ya estaba acostumbrado a convivir. “Cuco loco” llega al PRD bañado en demagogia, ofendiendo la inteligencia de los perredistas, con un costal en sus espaldas donde van todas las denuncias del PRD en su contra por la brutal corrupción con que gobernó hasta que le reprobaron la cuenta ¿Le dirán los perredistas a la sociedad que ese salteador a quien por años le gritaron bandido y trataron de meter a la cárcel; de la noche a la mañana es digno y puede ser ahora su candidato?...
LA SEPTIMA TROMPETA
Para Rovirosa Ramírez no importan las cientos de evidencias, sino sus intereses y su coyuntura política ¿Lealtad? Son valores morales que no conoce. Por años operó y dañó al PRD y Andrés Manuel; ahora, grita a los cuatro vientos que toda la vida compartió su doctrina. Uff, basura política ahora amarilla en su máxima expresión. También puede revisar esta columna en el blog http://alfredocalderon.blogspot.com/. Delaciones, chivatazos y confidencias al teléfono 99 33 18 21 65…
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