Se le denomina a la última gran guerra. Esto será en el gran valle de Megido que está en medio de Palestina desde el Mar Mediterráneo hasta el río Jordán. Tiene 300 kilómetros de largo y 15 de ancho.
La gran batalla de Armagedón es la batalla final de la historia humana. Todos los ejércitos del mundo protegerán sus propios intereses, llegaran a Megido, se unirán formando un solo ejército que estará listos para exterminar a los judíos y obtener todo el petróleo de Medio Oriente. Aquí es cuando Jesucristo interviene y detiene la locura y la maldad de la humanidad.

miércoles, 11 de mayo de 2011

La unidad no es un objeto…

“Completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa”…
Filipenses 2:2



Alfredo A. Calderón Cámara
Miguel Alberto Romero Pérez es un excelente académico y un caballero en los más amplios sentidos; su trabajo ligado al PRI, hasta ahora había sido estrictamente en términos jurídicos, el ejercicio político de entrar al ruedo, donde no se tiene que pelear con nadie sino mirar de cerca lo bueno y malo de cada aspirante, tener la palabra blanda que cabildea y tomar en cuenta además que su paso por el PRI será el tiempo que quien lo llevó allí disponga porque su destino final al término del sexenio debe ser la Cámara de Diputados Federal, tiene a su favor que es un político de trayectoria limpia, aunque en la acera de enfrente, tiene toda una manada de priístas competitivos y malévolos que harán cualquier cosa por sacar ventaja, enfrentará además batallas que vendrán con quienes supuestamente están de su lado; esos que externamente juegan en su equipo y actúan de manera amigable, pero que tras bastidores van a sabotear al momento de promover sus propias aspiraciones.

En la superficie el PRI para Romero Pérez todo parece bastante apacible, pero bajo esa ficta realidad cada quien ve únicamente por sus propios intereses, dinámica que infecta el futuro inmediato al término de un compás de espera. La firmeza y claridad de objetivos de Miguel Romero pudiera llegar a negar esta realidad y promover un cuadro tricolor más reposado y bonachón, pero las bases que conocen y sienten en sus heridas de guerra una realidad innegable, saben que también hay políticos innobles incapaces de cumplir los ideales de la unidad porque no pueden evitar ser como han sido toda su vida.

Por su parte, Miguel Romero lleva en su mano la firmeza de tener definidas sus acciones, “químicamente puro”, su compromiso y lealtad no están a prueba, es su capacidad la que está en tela de juicio, el ideal y la estrategia de debatir racionalmente, de escuchar a todos y obtener de los puntos de divergencia un punto de convergencia que sea la piedra del ángulo en la cual se unifiquen los criterios granieristas con las demandas políticas de quienes traen bajo las alforjas, estrategias no sanas que de ser operadas generan odios y rencillas, provocan rupturas que cuestan excesivos costos políticos y dejan inmoderadas heridas de guerra. Evidente es que para evitar fugas y filtraciones Romero Pérez debe iniciar una limpia dentro del partido que le permita tener la plena certeza de tener un equipo racional que responda a los patrones y principios estratégicos a desarrollar hasta lograr la victoria sin derramar sangre.

La firmeza y experiencia jurídica de Miguel Romero Pérez deben medir en su justa dimensión que las elecciones que vienen para el PRI no son un reino aparte ni divorciado del resto de la sociedad, es un campo eminentemente humano en el cual la designación democrática de cada candidato serán cartas abiertas que pondrán en el fiel de la balanza ante la gente que en las entrañas del PRI, la unidad no es un objeto…

EL SEPTIMO SELLO
Miguel Romero no está sentado sobre pétalos de rosa, apenas comienza en su nueva etapa; debe medir y bien, que el trabajo nada serio por el que Adrián Hernández tuvo que salir del PRI, es el más claro ejemplo de la estupidez humana…

LA SEPTIMA TROMPETA
Los tiempos que marque la ley para iniciar la refriega interna serán vitales para la recomposición del nuevo PRI de Miguel Romero, después el enojo y la impaciencia serán reacciones emocionales, una especie de enfermedad que requerirá acciones precipitadas para reducir batallas y duros enfrentamientos…

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