“¿Cuál es mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿No es el que se sienta a la mesa? Mas yo estoy entre vosotros como el que sirve”…
Lucas 22:27
Alfredo A. Calderón Cámara
Mañana calurosa con sol abrazador y calor sofocante, el Secretario de Salud bajaba de su vehículo en medio del bullicio, con el sol quemante en la cara, porras inéditas brotaron de quienes desde temprano lo estaban esperando bajo algunos paraguas donde se cobijaban del calor de esta tierra tabasqueña. Otro día de trabajo, otro día que regresaba a las colonias a buscar en el vertedero social las demandas de salud de la gente; por eso, acostumbrado a la cultura del sol Luis Felipe Graham Zapata respiraba a boca de jarro el sentir popular, sentía y experimentaba el momento en que era atropellado por los reclamos que llenaban sus manos de papeles; para eso había ido a la Miguel Hidalgo, a otra agenda de trabajo fuera de las oficinas, a sumergirse en el surtidero pleno de quienes sólo la esperanza los fortalece para levantar la voz y demandar mejor trato a quienes en funciones de gobierno, como él, dan la cara para enfrentar las demandas y poder entregar resultados a quien le había entregado la confianza para que atendiera la salud de los tabasqueños.
“Es mucho lo que falta por hacer” escuchaba Graham Zapata, el ritual social de nueva cuenta se venía encima, las demandas sociales de los habitantes de la populosa colonia que a pleno sol se habían volcado para entrevistarse con el Secretario de Salud que iba junto con el personal de la Secretaría a atender las demandas naturales que enfrentan a diario las agendas de trabajo de “Las Caravanas de la Salud”; por eso atendía con detenimiento a la gente que menos tiene, a hombres, mujeres y niños que a diario enfrentan los caminos de la Miguel Hidalgo llenos de polvo, de tierra apisonada, de maleza, de malos olores, de inseguridad, caminos que por las noches se llenan de mosquitos, de abandono y muerte, a esa gente Luis Felipe los miraba de frente, escudriñaba sus miradas, eran testimonios vivos de los estragos que causa la pobreza, quizás a otros funcionarios les molestara estar ahí, pero él, médico de vocación, de servicio, no le agredía estar ahí, caminando entre los que siempre han perdido.
La voz se había corrido, más de 500 personas demandaban ser escuchados, líderes naturales aprovechaban el momento para que Graham Zapata viera el rostro oculto que ellos enfrentaban todos los días, la dureza y el dolor de los olvidados, esa sintomatología social que no se siente dentro del clima de las oficinas, demandas sociales con antecedentes de olor a enfermedad, a dolor y muerte, los que los años no pueden borrar, los minutos se hilaban uno a uno, la atención de todos era importante, pero la agenda de trabajo apretaba, Graham Zapata después de dos horas de apretar manos y recibir las quejas sabía que estaba en las postrimerías de esa gira, tenía que cumplir otros compromisos de la agenda, dejaba atrás los abrasadores rayos del sol y los pobladores de la Miguel Hidalgo ahí se quedaban, mirando como el Secretario de Salud se iba; sin embargo, no todo acababa ahí, quedaba el compromiso entre los que demandaban y un Graham Zapata que estaba ahí donde Granier Melo quiere a su gente, sirviendo en la brecha…
EL SEPTIMO SELLO
Dos horas donde se avanzó mucho, no para engañarse, ni para conjurar la realidad que muerde a los de abajo, sino para capitalizar la incapacidad de ellos y darles una respuesta agradable…
LA SEPTIMA TROMPETA
Se cocinan cambios, toda la carne al asador…
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