“Matará al malo la maldad,
Y los que aborrecen al justo serán condenados”…
Y los que aborrecen al justo serán condenados”…
Salmos 34:21
Equivocarse es humano, se puede perdonar a quien se equivoca si tiene el valor de reconocer y confesar lo que demuestra su error; sin embargo, el perdón no significa que las consecuencias de ese error no tengan que pagarse. En cambio, quien carece de lealtad para reconocer sus errores es tanto más despreciable cuanto mayor es su empecinamiento.
El que miente es un falsario, capaz de torcer la verdad, de embrollarla, de corromperla, quienes viven inmoralmente aborrecen la verdad y caen siempre en la cobardía de mentir. Los presuntos asesinos de José Fuentes Esperón y su familia, han tomado el atajo retorcido, cruel y desalmado de hacerse los destornillados, idos y desquiciados para tratar hasta donde sea posible evadir la feroz acción de la justicia; natural resulta ser que las argucias legales hagan su presentación, no obstante hay que analizar en su exacta dimensión que son pruebas que aporta el abogado de la parte inculpada como un recurso más a lo que tienen derecho, pero que sirve ante la sociedad para consolidar lo que los malogrados homicidios ubicó con de forma tan dolorosa ante la sociedad.
El Juez Ramón Bronw no es un novato, sabe y tiene la experiencia necesaria para valorar todas y cada una de las pruebas que le están siendo presentadas en esta etapa del proceso que sigue y que permite a cada una de las partes alegar lo que a su causa convenga sin que ello signifique que por ese acto, se distorsiona la verdad histórica que es lo que se busca conocer a fondo y que sirva de sustento para dictar sentencia.
Dentro de las primeras declaraciones que por su inmediatez tienen un valor relevante al momento que su Señoría valore todas y cada una de las pruebas presentadas por todas las partes, la carga de las contundentes pruebas que fueron presentadas por la Procuraduría que deben obrar en auto, es seguro, inclinaran el fiel de la balanza para que la sentencia sea un acto de justicia que devuelva a la ciudadanía la tranquilidad que aunque dentro del entorno social todavía existen psicópatas que atormentados y fuera de control en sus arrebatos de neurosis convulsivas cometen actos tan aberrantes, por encima de ellos, el estado de derecho prevalece.
Máxime cuando la agresión se da contra seres inocentes como los hijos del extinto político, contra una dama que su única falta fue su don de gente y su amabilidad o un Pepe Fuentes que tendía la mano a amigos y extraños; los fundamentos que engrosan el expediente van acompañados por la desesperanza, congoja, enfado e irritación de una sociedad que espera sea aplicado lo que jurídicamente sea equivalente al crimen cometido; que se están haciendo los chiflados ante el juez de la causa, después de haber cometido un crimen de semejante bestialidad, sadismo y crueldad, lógico, tienen que tratar de escapar por la puerta falsa de negarse a la realidad, pues tiene que haber un agobiante martirio que enfrenta lo que la sociedad reclama, simple y llanamente: una demanda de justicia…
EL SEPTIMO SELLO
El llanto del PRD ante el IEPCT exhibe que no están acostumbrados a respetar el estado de derecho, por eso tratan de pasar por encima mediante “marchas” sobre la orden de un juez que nada más está atendiendo la querella de un ciudadano.
LA SEPTIMA TROMPETA
Con quién nada quiere, nada se puede, Javier May ni siquiera agradece el apoyo recibido por los diputados del PRD en contra de la reprobación de su cuenta pública; en lo dicho, cuando la perra es brava, hasta lo de casa muerde…
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