Se le denomina a la última gran guerra. Esto será en el gran valle de Megido que está en medio de Palestina desde el Mar Mediterráneo hasta el río Jordán. Tiene 300 kilómetros de largo y 15 de ancho.
La gran batalla de Armagedón es la batalla final de la historia humana. Todos los ejércitos del mundo protegerán sus propios intereses, llegaran a Megido, se unirán formando un solo ejército que estará listos para exterminar a los judíos y obtener todo el petróleo de Medio Oriente. Aquí es cuando Jesucristo interviene y detiene la locura y la maldad de la humanidad.

lunes, 16 de abril de 2012

Navegando en mares distintos...

“Porque no hay nada oculto que no haya de ser manifestado; ni escondido, que no haya de salir a luz”.  
Marcos 4:22

Alfredo A. Calderón Cámara
Estaban ahí, ángeles y demonios, ministros de culto metidos en los terrenos del diablo: la política. Cambiaban su dogma tras un mendrugo de pan, indigentes olvidaban la fe del Rubio de Galilea: un poquito de levadura leuda toda la masa. Demasiado fácil se manchaban y dejaban el pudor en manos de uno de los peores “coyotes del evangelio” en Tabasco: Víctor Argüello. El lugar, el hijo de César Pérez lo había proporcionado, poco a poco los ministros de culto llegaban, como “borreguitos” al matadero entraban, se sentaban esperando la llegada del político. No  se avergonzaban de ser tratados como carne de cañón, prosaica esclavitud ministerial, servilletas desechables que Argüello López usaba una y otra vez, como tantas otras que había campañas políticas. De todo, eran testigos que aplaudían, que movían la cabeza afirmativa o negativamente, según fuera el caso. Unos y otros, varios de ellos parecidísimos: ladinos, mañosos, sin voz, sin voto, sin fuerza, pérfidos sin idea de donde estaban y que hacían ahí. Sin embargo, él aunque había sido invitado, llegaba tarde, encontraba la puerta cerrada y se quedaba fuera. Adentro Víctor Argüello era quien había instruido y repartido las preguntas a realizar al político en turno, era él quien llevaba la voz. Los temas: diversos apoyos, CFE y otros, todo para empujar al político a los compromisos económicos que llenaran las expectativas de Argüello López, porque a ellos, a los perspicaces pastores siempre les tocaba lo mismo: falsas promesas. Eran parte del decorado.

Terminaba la reunión, como una anguila en el agua el candidato se había resbalado entre las manos, una y otra vez, demasiado hábil no caía en las trampas de la fe, ni en el juego puesto por Argüello López en la mesa. Salían de ella, Argüello López estaba que reventaba irascible, en corto, con sus amigos, cómplices, incondicionales y traidores, decía: “son tiempos de campaña, ahora es que estos políticos deben soltarnos una lana. Este no da nada, por eso tampoco le ayudaremos, ningún apoyo, ningún compromiso, nada, hay que decirle que sí, hay que ver como suelta algo, pero no merece nada”. Otra vez brotaba la naturaleza sátrapa y bellaca de Víctor Argüello, la traición como imperativo, como la otra vez, clavaba la puñalada por la espalda. No había moral en él. La constante era la misma. Lo mismo  “juraba lealtad al amigo”, que comía juicio levantando la mano y jurando ante Dios sabiendo de antemano que mentía. No respetaba a quien miraba a los ojos, menos a Dios que tenía mucho al que no se acercaba. Hablaba de Dios, pero era esclavo de Belial. Su dios, el amor al dinero reinaba en su alma y corroía su lóbrego corazón. No negaba su ceguera, había tratado de venderse como  wila, sin ver que el político estaba navegando en mares distintos…

EL SÉPTIMO SELLO
Sospechoso, demasiado escaldado el silencio del pastor de Rosa de Saron, quizás se deba a la reunión en su templo en noviembre del año pasado con la Región a cargo de Elías Hernández de la O cuando  Argüello López, presentó la planilla para el próximo bienio fue claro al explicar que podría ir él de candidato o en su defecto: Olivero de la Cruz Valencia y para la secretaría Santos González, quien por lo visto no define si va con la planilla de Daniel de los Reyes o del papá del “sorullo pentecostal”. Lo mismo De la Cruz Valencia, quien decía estar amarrado con Rubén Guillen y Waldemar Ceballos pero en los hechos demuestra que como todos, juega varias cartas…

LA SEPTIMA TROMPETA
Al haber tomado distancia Chimal Campos definió futuro y amigos; otra más de Argüello López: “divide y vencerás”. Ojalá Chimal Campos haya hecho la mejor elección; pero sobre todo, no vaya a arrepentirse más adelante cuando vea granizar y no tenga ni siquiera un paraguas donde cobijarse de la tormenta que apenas comienza. No pues, explicable la sana distancia del yucateco silencioso. Tanto criticar, para bañarse en el mismo lodo. También puede revisar esta columna en el blog http://alfredocalderon.blogspot.com/. Delaciones, chivatazos y confidencias al teléfono 99 33 18 21 65…

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