Se le denomina a la última gran guerra. Esto será en el gran valle de Megido que está en medio de Palestina desde el Mar Mediterráneo hasta el río Jordán. Tiene 300 kilómetros de largo y 15 de ancho.
La gran batalla de Armagedón es la batalla final de la historia humana. Todos los ejércitos del mundo protegerán sus propios intereses, llegaran a Megido, se unirán formando un solo ejército que estará listos para exterminar a los judíos y obtener todo el petróleo de Medio Oriente. Aquí es cuando Jesucristo interviene y detiene la locura y la maldad de la humanidad.

jueves, 26 de abril de 2012

La desmemoria...


“Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas rotas que no retienen agua”
Jeremías 2:13

Alfredo A. Calderón Cámara
Enrique Peña Nieto visitó Tabasco con un diagnostico ensombrecedor bajo el brazo, acentuado por la constante desbandada de priistas apoyando al candidato del PRD Arturo Núñez Jiménez. Desde su paraje feudal en el PRI, la inconsciencia e impotencia de Francisco Herrera sólo alcanzó a decir: “es una bola cantada”. Uno, plena inconsciencia porque su perorata exhibe la epilepsia política en que chapalea y la insensibilidad para sentarse con los activos políticos del partido que dirige y su conducta demuestra que ni en sueños es factor de unidad dentro del priismo. Ahí se estrelló Peña Nieto, con el infranqueable muro de un partido político inclemente, frío e indiferente, indefendible ante miles de tabasqueños que rebelados ante la imposición del CEN que no les permitió competir, hablar ni relacionar sus aspiraciones, han dejado los afanes del partido en el limbo. Ayer Peña Nieto vivió en carne propia la fehaciente demostración que la operación cicatriz en Tabasco, es letra muerta, que los resentimientos están a flor de piel; pero, quien piense que en el PRI estatal tienen engañado a Enrique Peña está más que equivocado, los fríos números de las encuestas privadas mandadas a realizar por el ex gobernador del estado de México a una empresa que trabaja para la UNAM, lo revelan como el verdugo de su propia crucifixión y víctima de un ente político movido con activos apáticos, entrenados para obedecer a sus propios dividendos y grupos que trabajan para sí en vez de trabajar para los intereses del partido.

Cuando Enrique Peña preguntó el por qué la comida era en un lugar abierto y pequeño en lugar de haberlo hecho en un lugar amplio, masivo y con mejores comodidades para sus convidados, la respuesta fue simple: el desencuentro no cede. Realidad más grave aún: la dirigencia de Herrera León ni siquiera tiene la fuerza suficiente como para conseguir el Centro de Convenciones. Educado para satisfacer sólo sus pretensiones, con el pichurriento evento de la explanada del INJUDET, Francisco Herrera dejo entrever a Enrique Peña que la catástrofe en Tabasco está a la vuelta de la esquina, lo peor es la complacencia, la resignación, la justificación y la tolerancia ante una mediocridad que día a día, evento tras evento, indicador tras indicador se sustenta en la publicación de encuestas amañadas, autoengaño que vislumbra un resultado dramático. Los indicadores de Peña Nieto no mienten: relampaguean un derecho cercenado en los tabasqueños con una historia de progresivo deterioro, un efecto combinado de inclusión tardía agravado por la reprobación a la imposición. La deserción producida lejos de ubicarla bajo parámetros de rebeldía, exhibe en no pocos ejemplos a una generación herida la cual no fue atendida a tiempo con sensibilidad; todo, por la complicidad en la construcción del lucrativo coto de poder, de inventarse candidatos al vapor, amurallados, en vehículos de empoderamiento, de asalto que tienen su fortaleza en el mayor de todos los conflictos de los tabasqueños, la desmemoria…

EL SEPTIMO SELLO
“Yo quiero pedirles a ustedes y a todos los tabasqueños que ni a Arturo Núñez, ni a ningún otro político, le demos nunca más apoyos incondicionales, hay que dar apoyos condicionados a resultados”. Así, con esas palabras el candidato del PRD dejo en claro que la construcción de falsas expectativas, la entrega ciega y la exhibición de vertebras es lo que ha dañado tanto a Tabasco…

LA SEPTIMA TROMPETA
Luis Felipe Graham Zapata no muerde el anzuelo, escoge sus batallas y sabe que la construcción de la unidad que requiere no se dará descalificando priistas. Es cierto, para nadie es un secreto que en Tabasco se espía de oficio, pero Graham Zapata sabe y sabe bien que no son los tiempos de quemar la pólvora en infiernitos, sus aspiraciones están y han sido sustentadas en la disciplina, el dialogo, el respeto, pero sobre todo en los resultados entregados a su paso por la Secretaría de Salud. Las encuestas privadas de Peña Nieto lo tienen como dijera don Natán: requetebién. También puede revisar esta columna en el blog http://alfredocalderon.blogspot.com/. Delaciones,chivatazos y confidencias al teléfono 99 33 18 21 65…


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