“y los enemigos del hombre serán los de su casa…
Mateo 10:36
En política, la mayor de las veces los enemigos más letales no suelen proceder de enemigos externos, sino de supuestos colaboradores y amigos que fingen trabajar para una causa común mientras dentro de sus intelectos les corroen sentimientos que libran una guerra de intriga y sabotaje en sus mentes; aunque, en el corte en que se desenvuelven mantienen una apariencia de consideración y civilidad.
En sus legítimas aspiraciones, la diputada federal Gina Trujillo bien puede enfrentar riesgos no calculados, haber sacado la cabeza antes del sonido del toque de arranque coloca sus aspiraciones en el rubro de adelantada en tiempo y forma, aunque todos caminen los senderos de Tabasco bajo una capa de invisibilidad; mientras los tiempos ubican los cirios y troyanos enmascarados del equipo, Trujillo Zentella debe entender que cuando no se conocen los enemigos internos es común que de ahí mismo se entregue a sus adversarios los medios para la propia destrucción del proyecto.
Que cada integrante instalado en el escenario es un actor que lleva puesta una máscara, una cara agradable y ameno que muestra ante todos y para todos, pero si un golpe aparentemente inocente de otro actor hace caer esa máscara, se revelará un rostro menos grato que pocos olvidaran aunque la máscara sea recuperada, porque los cortesanos prudentes siempre parecerán dechados de conducta civilizada, envolviendo el desleal puño de hierro en guantes de terciopelo; por eso, es que a veces es mejor la refriega de frente y mandar un mensaje abiertamente intimidatorio, quizás los beneficios obtenidos por el método directo sean opacados por las sospechas que despertará, pero a largo plazo para un proyecto de vida tan trascendente, es más importante asegurar lealtades que guardar las apariencias.
A partir del arrancadero Gina Trujillo enfrentara batallas diarias de personas simpáticas por fuera pero insidiosas y alevosas tras bambalinas, diestras en el juego político. Es de suponer que la diputada federal tiene suficiente tiempo para realizar acciones que frustren de algún modo esos planes al tiempo que esconde los suyos bajo un barniz de cortesía, una jugada de tal magnitud hará que los desleales se pongan a la defensiva y comiencen a respetar uno de los mejores activos del PRI de currículum impresionante y todas las oscuras emociones que esconden salgan a la superficie, tiendan a estallar y se les pase la mano, cuando más revelen de sí mismos, más ahuyentarán a los demás, menos contaminarán y el aislamiento será su tumba.
Ignorar el problema no es una solución benigna e indulgente, pues la deslealtad trabaja trasmano y de modo indirecto; Gina, quien se dice amiga y colaboradora de Granier Melo, ajena a reconocer que su apertura violenta los tiempos y las formas, mejor opta por tirarle la culpa de sus comentarios y acciones a los medios –“preguntan temas políticos”- mientras cándida y bonachona se recrea en el juego de espejos…
EL SEPTIMO SELLO
Madracista innegable, Gina maneja una estrategia de forzamiento, análoga a Madrazo Pintado, como único medio para aventajar a los demás arremete en tiempos e intenta definir las formas, encuadrando la ruta crítica de la naturaleza de sus aspiraciones –hace cuatro años no cancele mis aspiraciones, sólo las postergué-. Mucho le debe estar agradecido Tabasco por su civilidad…
LA SEPTIMA TROMPETA
Al igual que las aspiraciones de Madrazo Pintado en su momento la definición del mensaje de Gina es contundente, la señora no está jugando, ni está amagando, va por todas las canicas: “sin pactar ni retroceder en nada que no sea la gubernatura”; así, sin destinatario, al más rígido e inflexible estilo de Paquita la del Barrio: “me estás oyendo inútil”…
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