“Si yo dijere: Olvidaré mi queja,
Dejaré mi triste semblante, y me esforzaré...”
Dejaré mi triste semblante, y me esforzaré...”
Job 9:27
Alfredo A. Calderón Cámara
Dice el refrán “En este mundo traidor nada es verdad ni es mentira, todo es de acuerdo al color del cristal con que se mira”. Dicha reflexión es cierta, para revisar la CFE, habrá que mirar de adentro hacia afuera para obtener los elementos que permitan formar el juicio de una empresa de clase mundial. Los empleados de la CFE tienen diversos “cristales” en contra: 1.- Salarios que en los últimos 30 años han perdido el 70% de su poder adquisitivo, por lo que mordidos por la pobreza, para alimentar a sus familias, no pueden evitar mirar la mano que a cambio de una dádiva corrompe sus vidas 2.- Una lenta, pero progresiva deshumanización interna en sus autoridades de confianza que ha lacerado de manera brutal la estabilidad emocional y laboral interna de los empleados: todo se resuelve con actas administrativas, castigos o recisiones laborales, demandas penales y cárcel injustificada 3.- Ser considerados los enemigos públicos número uno de la sociedad, de todo ellos tienen la culpa y 4.- Laborar cada día en condiciones de miseria, careciendo de lo elemental para poder dar mantenimiento correctivo, mantenimiento preventivo es un concepto en vías de extinción dentro de la CFE.
Otro “cristal”, es de urgencia necesidad reconocer que el servicio que presta la CFE, es malo e ineficiente; malo, porque lo prestan decenas de empleados que antes de salir a trabajar ya fueron presionados y lejos de salir tranquilos, la mayor de las veces salen a ver qué maldito cliente se las paga. Ineficiente, porque no tienen los materiales mínimos indispensables para ir tras las fallas y atenderlas con calidad y calidez, reparando dicha falla la mayor de las veces con material “hechizo”, lo cual, aunque no les queda de otra, es aberrante ¿Una empresa de clase mundial?
El “cristal” doloroso lo viven decenas de hijos que sus padres salieron a trabajar en CFE y por un error humano u accidental, regresan en una caja de muerto para ser velados, mientras sus viudas e hijos quedan en manos de líderes locales sindicales corruptos, borrachos y depravados que les exprimen y extorsionan lo único jugoso que dejan los finados: “seguros de vida”, viudas e hijos sólo salvados, la mayor de las veces por los líderes del CEN del SUTERM, quienes aborrecen esta práctica ¿Datos? Hay para escribir un libro, aunque sólo se trata de dar a conocer un leve bosquejo de la cara oculta de la CFE…
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