“Si alguno enseña otra cosa, y no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, está envanecido, nada sabe, y delira acerca de contiendas de las cuales nacen envidias, pleitos...”
1ª de Timoteo 6:3-4
Alfredo A. Calderón Cámara
Gerardo de Jesús Rojas tiene prisa y no pierde tiempo, lo suyo más que el púlpito y las aulas de la iglesia, es la política. A eso vino y no está dispuesto a aceptar la justeza de vivir acotado por Cristo dentro de los atrios de la Catedral. Rojas López no vive la palabra de Jesús, sino escoge enseñar una doctrina y un modo diferente arrollando el marco jurídico que le prohíbe meter las narices dentro de los asuntos políticos, al tiempo que en sus declaraciones se jacta de su habilidad intelectual para separar “su verdad” de la falsedad acerca de una vida en Cristo. Llegó como pastor de ovejas, pero en pocos días trata de desenvolverse cómo líder de un partido político.
Habrá que tomar en cuenta que es la primera vez que un Obispo abiertamente anuncia su interés de meterse en los asuntos del Estado, en Rojas López la autosuficiencia es su característica prima y su primer objetivo: exhibirse. Su deseo no es mostrar a Cristo, sino mostrarse él mismo, está más interesado en imponer sus puntos de vista a la sociedad que en llevarle la Palabra de Dios. Cuando le feligresía se junta para adorar a Dios, no están interesados en ver cómo el Obispo mete su cuchara en la política, hay una sed espiritual que los Obispos anteriores no llenaron y por lo visto este tampoco tiene esa capacidad, ni visión espiritual.
Los falsos maestros lejos de llenar el vacío espiritual, tienen un interés enfermizo de proyectarse políticamente controversiales, el resultado la mayor de las veces: un vacío y carencia de propósitos que provoca que las almas emigren a otras religiones, cuestionamientos y falta de significado ¿Por qué? Porque la gente llega a oír Palabra de Dios para satisfacer el hambre natural de Dios en el corazón del hombre. Sin embargo, Rojas López no se centra en la enseñanza de la Palabra de Dios, ni posee ni enseña la verdad, está vacío y necesitado de la verdad, se ubica en cultivar el ego y su imagen personal; por eso, cuando la feligresía no encuentra un verdadero pastor que ore con ellos y los lleve en el terreno espiritual, busca entre los “hermanos separados” una paz que nada tiene que ver con los contiendas políticas con CFE, lo otro es falsa piedad…
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