“Y envió mensajeros delante de él, los cuales fueron y entraron en una aldea. Mas no le recibieron”…
Lucas 9:52-53
Alfredo A. Calderón Cámara
El mensaje de Andrés Granier marca los tiempos electorales propios, ajusta el reloj político porque sabe que no todos los caballos que corren tienen la casta, y marcó la virtud demandante del sexenio: la lealtad y sus condicionantes. Por eso, vale hurgar entre lo dicho por Granier Melo este 9 de febrero y lo que Luis Felipe Graham dijo el 20 de noviembre de 2009:
“La transformación de Tabasco no tiene ni grupos ni preferencias, porque somos un solo equipo; si bien es cierto que en política es legítimo tener aspiraciones, también lo es respetar los tiempos y estos, son tiempos de actuar con audaz prudencia; Y que la mejor política es la que se hace trabajando y cumpliendo con las encomiendas que el pueblo nos ha señalado”. Andrés Granier ha sido y es claro en lo que viene, habrá quien piense que no hay mucha atención a lo que el Gobernador está marcando, pero esa es una visión equivocada, en su momento Granier Melo dará el golpe de timón no esperado por muchos y es ahí cuando los tiempos serán vitales para las aspiraciones de los candidatos.
Otro trozo del discurso granierista tiene mucha relación con lo mencionado en su momento por el Secretario de Salud, Granier Melo marcó el contexto: “La lealtad no se condiciona; No es inversión ni apuesta; No es parcial ni de ocasión. La lealtad: Es confianza a la que se responde con trabajo y resultados; Es convicción, unidad y acción. El sentido del mensaje dictado por Luis Felipe Graham Zapata fue similar, sin falsas poses Granier Melo y sus hombres escasos de confianza ostentan la misma visión de gobierno.
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