“Sed sobrios y velad”
1ª de Pedro 5:8
Alfredo A. Calderón Cámara
“Las alianzas que firmó el tricolor con los partidos PVEM y Nueva Alianza están a revisión en cada uno de los estados a petición de los militantes”. Así, sin titubeos Pedro Joaquín Coldwell, Presidente del CEN priista, agregó que los términos pueden cambiar. Así torció la forma y el fondo de los avances que se tenían con Humberto Moreira, lo cual da la razón al olfato periodístico del columnista. Borrón y cuenta nueva. El proceso inició con el arribo de este pura sangre priista, Moreira era un priista que por sus venas medio corría sangre de otro partido –PANAL-; por ello, entregó tantas concesiones (29). Pedro Joaquín sabe que los problemas del PRI, como en las mejores carreras, deben ser resueltos por priistas cuarto de milla o pura sangre. Por eso, con toda la calidad moral que le da la lealtad a su partido alza la voz y comienza a ajustar el desorden político que Moreira había heredado; razón por la cual, Tabasco voltea los ojos a ver a políticos desesperados como Jesús Alí que aunque poco o nada tienen en las alforjas, utilizó su desinforme para revivir el viejo acarreo tan criticado.
Por otro lado, Francisco Herrera entiende el mensaje del líder del CEN priista, pide licencia y se inserta de lleno en la carrera gubernamental enarbolando dos banderas; ser un priista de sangre pura y demandando la consulta a las bases. Es de tomar en cuenta que para estos momentos, los intereses mezquinos decisorios parecen haber desaparecido, el piso aparenta estar parejo y la mayoría de los aspirantes al sentirse en igualdad de circunstancias y pedir que el método para elegir al candidato priista sea por medio de la consulta a las bases, presionan al CEN priista y se enfilan a engrasar sus estructuras para dar una demostración democrática para sacar al candidato del PRI al gobierno del estado y sólo de esta manera se lograría la verdadera unidad que tanto los priistas han proclamado.
Es entendible que con el piso parejo, los aspirantes tendrán que respetar el famoso dicho de Manuel Andrade que “el que ganó, ganó y que perdió, perdió”. No hay vuelta de hoja, el único requisito es que al momento de ir a la consulta, el piso siga parejo, pues los priistas saben reconocer cuando pierden a la buena y sería así la única forma de lograr una verdadera candidatura de unidad. Cualquier otro medio, despertaría sospechas y generaría rebeldías y resentimientos silenciosos que complicarían una victoria en la que todos los priistas participarían; pues de no respetarse la transparencia y equidad en la elección interna, el PRI estaría firmando su sentencia de muerte. Por eso, ningún priista duda que la moneda esta en el aire…
EL SEPTIMO SELLO
Qué cosas tiene la vida Mariana. Después que montado en la soberbia apenas y abría la puerta de su oficina, como dijera el maestro Víctor Acosta “al grito de la panza es primero” Adrián Hernández Balboa, se desfiguró, pues se le vio en su justa dimensión: fue el pagador a los choferes del grotesco acarreo para el informe de su patrón Jesús Alí; fue horrible, andaba de tenis blancos, gorrita roja y pantalón de mezclilla, el chapita parecía todo, menos haber sido un Secretario de Gabinete o un líder estatal del PRI. Lo que hacen los intereses mezquinos.
LA SEPTIMA TROMPETA
Al mirar con lupa el CEN del PRI el caso Tabasco, supo que tenía que manejar todo el proceso con suma equidad y sabiduría, ya que un error obligaría a muchos priistas al “fuego amigo” de inclinarse por la candidatura de Arturo Núñez, quien sigue permeando en la clase política priista, pues goza de simpatías de toda la vida de amigos que no ven las siglas de partido sino el cariño de la persona durante todos estos años. Pedro Joaquín Coldwell que vivió en carne propia la anulación de la elección de Manuel Andrade y además conoce perfectamente bien y sabe de que píe cojea todos y cada uno de los aspirantes, optó por lo más sensato -como lo adelantamos a media semana- dejar caer la guillotina sobre la testa de un parcializado Adrián Alanís…
