“Matará al malo la maldad”
Salmos 34:21
Alfredo A. Calderón
Cámara
Las fuerzas malsanas
oprimieron al PRI hasta llevarlo al cadalso donde a ojos de todos, cuelga su
insepulto cadáver como estigma de una gangrena política que no cesa. El viejo
esperpento priista decidió morir como mueren todos los desesperados: por el
suicidio. A la actual hecatombe se suma la impugnación de una de sus carroñas
más deslucidas: Félix Eladio Sarracino. De negros antecedentes se niega a
desaparecer. Enloquecido a aferrarse y lograr la carnita del huesito de la diputación,
poco le importa que el estrago se absoluto y al final el suicidio no resulte una
tentativa frustrada. Entendible es que no le queda de otra. Forma parte de una
manada de esos lobos tricolores, aviesos unos de otros, de los que nunca han
trabajado. No saben lo que es devengar su salario. Sudar el sustento digno. Se
niegan a los demoledores efectos de la amarilla purga democrática que extirpó
todos esos bichos y parásitos que tanto daño han hecho. No entiende que Tabasco
votó para que esas fuerzas malsanas fueran aniquiladas. Al PRI le urge otra
moral y valores éticos que se medirán por su accionar.
En el lenguaje vulgar
suele darse el nombre de revoluciones a los pequeños desordenes que un grupo de
insatisfechos promueve para salvar sus prebendas políticas. Eso es lo que
distingue los falsos ideales de los verdaderos. El PRI en los momentos de más
honda convulsión, cometió errores democráticos, malandrines, inmorales y
perversos no lograron sostener su dictadura y sólo queda la humareda del campo
de batalla donde una sociedad harta les pasó por encima de sus intereses
mezquinos. Sarracino Acuña demanda justicia cuando nunca la ha practicado. Es
uno más del parte de guerra. Un ciego más de los que no ven. Un paralítico que
no se preparó para adaptarse al nuevo régimen de trabajo que Tabasco demanda.
Se niega a trabajar, sus anhelos son cobrar, levantar el dedo y ofertar su voto
al mejor postor en la tribuna legislativa. Y es comprensible. No sabe hacer
nada. Le aterra la idea de ganar el sustento mediante el trabajo.
La generación del PRI
que se derrumbó –Pancho “botella” Sarracino, Jesús Alí- nunca pudo sustraerse
de su ebriedad abusiva del dispendio de los recursos públicos. De vivir como
roedores pegados al queso presupuestal. Tabasco está mirando cara a cara como
se despedazan unos a otros, la otra faceta del suicidio de los bárbaros, con
defensas jurídicas por violación de sus derechos, cuando nunca han respetado
nada. Una lastimosa versión de la engañadora poesía del pasado. Un tiro de
gracia certero y bienaventurado…
EL SEPTIMO SELLO
Del fracaso del
régimen priista, muchos ignorantes, y no pocos pícaros desearían deducir por
dónde llegó la guadaña que los cortó de tajo. Llegó de la mano del insolente y
arbitrario del uso de los recursos públicos. Esos que levantaron residencias
millonarias mientras los servicios básicos sociales no aparecían…
LA SEPTIMA TROMPETA
Luis Rodrigo Marín
Figueroa es parte de esa generación del PRI que ganó a lado de Peña Nieto. Su
ejercicio académico y político lo recomendaron. Muy alejado de la percepción
social que la sociedad tiene de quien ahora le impugna. También puede revisar
esta columna en el blog http://alfredocalderon.blogspot.com/
. Delaciones, chivatazos y
confidencias al teléfono 99 33 18 21 65…
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