Se le denomina a la última gran guerra. Esto será en el gran valle de Megido que está en medio de Palestina desde el Mar Mediterráneo hasta el río Jordán. Tiene 300 kilómetros de largo y 15 de ancho.
La gran batalla de Armagedón es la batalla final de la historia humana. Todos los ejércitos del mundo protegerán sus propios intereses, llegaran a Megido, se unirán formando un solo ejército que estará listos para exterminar a los judíos y obtener todo el petróleo de Medio Oriente. Aquí es cuando Jesucristo interviene y detiene la locura y la maldad de la humanidad.

viernes, 7 de septiembre de 2012

Tiro de gracia, certero y bienaventurado...


“Matará al malo la maldad”
Salmos 34:21

Alfredo A. Calderón Cámara
Las fuerzas malsanas oprimieron al PRI hasta llevarlo al cadalso donde a ojos de todos, cuelga su insepulto cadáver como estigma de una gangrena política que no cesa. El viejo esperpento priista decidió morir como mueren todos los desesperados: por el suicidio. A la actual hecatombe se suma la impugnación de una de sus carroñas más deslucidas: Félix Eladio Sarracino. De negros antecedentes se niega a desaparecer. Enloquecido a aferrarse y lograr la carnita del huesito de la diputación, poco le importa que el estrago se absoluto y al final el suicidio no resulte una tentativa frustrada. Entendible es que no le queda de otra. Forma parte de una manada de esos lobos tricolores, aviesos unos de otros, de los que nunca han trabajado. No saben lo que es devengar su salario. Sudar el sustento digno. Se niegan a los demoledores efectos de la amarilla purga democrática que extirpó todos esos bichos y parásitos que tanto daño han hecho. No entiende que Tabasco votó para que esas fuerzas malsanas fueran aniquiladas. Al PRI le urge otra moral y valores éticos que se medirán por su accionar.

En el lenguaje vulgar suele darse el nombre de revoluciones a los pequeños desordenes que un grupo de insatisfechos promueve para salvar sus prebendas políticas. Eso es lo que distingue los falsos ideales de los verdaderos. El PRI en los momentos de más honda convulsión, cometió errores democráticos, malandrines, inmorales y perversos no lograron sostener su dictadura y sólo queda la humareda del campo de batalla donde una sociedad harta les pasó por encima de sus intereses mezquinos. Sarracino Acuña demanda justicia cuando nunca la ha practicado. Es uno más del parte de guerra. Un ciego más de los que no ven. Un paralítico que no se preparó para adaptarse al nuevo régimen de trabajo que Tabasco demanda. Se niega a trabajar, sus anhelos son cobrar, levantar el dedo y ofertar su voto al mejor postor en la tribuna legislativa. Y es comprensible. No sabe hacer nada. Le aterra la idea de ganar el sustento mediante el trabajo.
La generación del PRI que se derrumbó –Pancho “botella” Sarracino, Jesús Alí- nunca pudo sustraerse de su ebriedad abusiva del dispendio de los recursos públicos. De vivir como roedores pegados al queso presupuestal. Tabasco está mirando cara a cara como se despedazan unos a otros, la otra faceta del suicidio de los bárbaros, con defensas jurídicas por violación de sus derechos, cuando nunca han respetado nada. Una lastimosa versión de la engañadora poesía del pasado. Un tiro de gracia certero y bienaventurado…

EL SEPTIMO SELLO
Del fracaso del régimen priista, muchos ignorantes, y no pocos pícaros desearían deducir por dónde llegó la guadaña que los cortó de tajo. Llegó de la mano del insolente y arbitrario del uso de los recursos públicos. Esos que levantaron residencias millonarias mientras los servicios básicos sociales no aparecían…

LA SEPTIMA TROMPETA
Luis Rodrigo Marín Figueroa es parte de esa generación del PRI que ganó a lado de Peña Nieto. Su ejercicio académico y político lo recomendaron. Muy alejado de la percepción social que la sociedad tiene de quien ahora le impugna. También puede revisar esta columna en el blog http://alfredocalderon.blogspot.com/
. Delaciones, chivatazos y confidencias al teléfono 99 33 18 21 65…

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.