“Antes del quebrantamiento es la soberbia,
Y antes de la caída la altivez de espíritu”…
Y antes de la caída la altivez de espíritu”…
Proverbios 16:18
La semana pasada se llevo a efecto la LI Asamblea Conciliar de las Asambleas de Dios en México, donde se eligieron las autoridades que regirán su vida interna los próximos dos años, ahí fueron valorados todos y cada uno de sus dirigentes nacionales, por lo que merece breve revisión lo resuelto en ella. Va.
De Tamaulipas, Daniel de los Reyes Villarreal, llegaba como el Superintendente General después de algunos periodos al servicio de esta asociación religiosa, desde la asamblea conciliar anterior había externado su deseo de un cambio, permitir que sangre nueva llegará y renovará el enfoque y la visión, actitud democrática que exhibió el interés de no perpetuarse en el poder.
De Yucatán, Samuel Orlando Vázquez Salazar, Abogado de vocación y Ministro Religioso de profesión, sintiéndose el sucesor viable, tenía todo para ganar, estaba en su tierra y arribaba después de haber realizado por todo el país una intensa campaña –disfrazada de conferencias, en esta asociación religiosa no están permitidas-. Samuel Vázquez tenía en las alforjas además el promovido título de ser el “padre” de la Constitución de Asambleas de Dios y parecía que nada le impediría llegar; pero, “del plato a la boca se cae la sopa” y la vida le tenía una sorpresa amarga, esas que entristecen, abaten, afligen y atormentan.
Durante los trabajos del Presbiterio Nacional comenzó la hostilidad entre la cúpula, diálogos beligerantes, desapego evidente, ojeriza notable y una fuerte animosidad que daba luces lo que sería el momento de enfrentar las votaciones. En Tanto la caterva que desgobierna el Distrito Tabasco hacía esfuerzos por juntar lo más que podían a favor de Vázquez Salazar, pero no contaban que en su propia tierra (Yucatán) no era estimado; es más, el desaire y desdén fue general y un clamor subió por la madrugada tocando las puertas de los cuartos de los hoteles: ¡Con Samuel Vázquez nada ni nadie!
Vázquez Salazar tiene la bien ganada fama de no respetar su palabra, de no comprometerse con nadie, de hacer alianzas con ministros traidores e indeseables, ampliamente conocido por su rigidez, crueldad y severidad con los ministros sujetos a procesos, su impiedad ha dejado demasiados enemigos. Y al momento de votar, ahí fue donde salieron las facturas por cobrar de quienes han sentido la “chancla yucateca” sobre sus cuellos: 140 votos contra 1600 de ganador.
Es de tomar en cuenta que la barra ministerial de Asambleas de Dios, tomó la mejor decisión, quedando como Superintendente General Abel Flores Acevedo, un presbítero sencillo, de reconocida humildad, venía fungiendo como adjunto de la zona Centro; como Secretario General, Juan Jesús Pérez González, un caballero dentro y fuera de la asociación religiosa, pleno de amigos y comprometido con su vocación de servicio, en tanto que Samuel Vázquez de nuevo como en veces anteriores, se quedo en la orilla…
EL SEPTIMO SELLO
Luego de observar el cambio en la Superintendencia General, Daniel de los Reyes Villarreal; después de haber dejado entrever ante la barra ministerial el cariño que su esposa ocupa en su vida, al final fue convencido por quienes le aprecian para que jugará por la Tesorería General donde quedó y es seguro que desde allí aportará toda su experiencia y capacidad a la nueva dirigencia nacional, donde nadie duda harán su mejor esfuerzo…
LA SEPTIMA TROMPETA
Quien ya no duerme tranquilo es el traidor más grande del Distrito Tabasco, Rubén Guillen Altunar, pues “ya se cayó el arbolito donde dormía el pavorreal”, pues al igual que a su “protector” tiene cuentas pendientes y las facturas por cobrar de sus incontables traiciones no tardaran en presentarse…
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