Se le denomina a la última gran guerra. Esto será en el gran valle de Megido que está en medio de Palestina desde el Mar Mediterráneo hasta el río Jordán. Tiene 300 kilómetros de largo y 15 de ancho.
La gran batalla de Armagedón es la batalla final de la historia humana. Todos los ejércitos del mundo protegerán sus propios intereses, llegaran a Megido, se unirán formando un solo ejército que estará listos para exterminar a los judíos y obtener todo el petróleo de Medio Oriente. Aquí es cuando Jesucristo interviene y detiene la locura y la maldad de la humanidad.

jueves, 22 de marzo de 2012

Regresando sobre sus pasos...


“sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer”
1ª de Corintios 1:10



Alfredo A. Calderón Cámara
Una vez más, Arturo Núñez Jiménez como en las otras, como en otras tantas campañas y en tantos foros, casi ajustaba 15 años de caminar y conocer el deforme rostro de la crisis, de la injusticia y la impunidad de un Tabasco que anhelaba gobernar para decir desde adentro ¡Hay que cambiar! Innumerables veces había escuchado a los teóricos de la redención priista explicar la causa del atraso y como se condolían de la situación hasta sugerir recetas que al final eran en sus propios beneficios; luego, sintió el grueso puñal de la traición en la espalda y sufrió en carne propia el atropello y trituración de la ofensiva maquinaria priista. Ese día, eran las 8:29 de la mañana cuando descendía de su vehículo, a boca de jarro atendía a quienes le esperaban afuera del Mercado José María Pino Suárez que en su 50 aniversario, mostraba el mismo escenario que hablaba de su pasado, de su presente, de su desgracia, de engaños sufridos. Un mercado de sudorosos, mal vestidos, del olor agrio que no se puede quitar porque no alcanza para perfumes caros, hombres y mujeres tratando de vender sus productos con el dolor ancestral en sus semblantes, de tristeza o de indiferencia; todos ellos, objetos folklóricos que en el colmo de la manipulación sólo habían servido para la foto.

Por eso, Núñez Jiménez llegaba así, sin guardias, llegaba custodiado por María Fernanda, su hija, crecida en el fragor de recorridos, lista para oír, atender y anotar cada demanda presentada ante al amigo que llegaba atendiendo una invitación a desayunar con ellos, con los que siguen hundidos en promesas no cumplidas del estacionamiento, lo esperaban los 4 pre candidatos del PRD a la alcaldía del Centro; todos, en franca camarería: Leticia Taracena, Juan José Peralta Fócil, Humberto de los Santos y Cruz Castellanos y el aspirante al IX Distrito Electoral Manuel Rodríguez, quien amable había corrido la invitación al reportero. Entraba al mercado, la romería se alborotaba, otra vez tumultos, esta vez bajo la magia de la política choca, es que congrega y junta, ahora unidos: priistas, ex priistas, perredistas y neo perredistas, lo que nunca habían hecho antes, lo hacían y mandaban claro el mensaje, todos bajo una consigna; sacar al PRI de la Quinta. Núñez Jiménez cuidaba las formas, cauto sólo saludaba a su paso y dejaba que María Fernanda anotará cada demanda, cada queja para darle seguimiento, hasta llegar a la fonda La Poblanita donde ya lo esperaban.

Arturo Núñez sentado oía quejas y denuncias, la constante: “no nos engañe, como los priistas que nos han engañado muchas veces” prudente en silencio escuchaba las muestras de coraje de la gente ante el abandono y el engaño, todo y todos, ante una mesa donde apretujados se daban gusto desayunando, con sencillez lo mismo hacía María Fernanda, sólo que parada a unos metros de su padre, como cualquier reportera, sin privilegios ni falsas poses, como ha sido toda la vida, como ha aprendido de su madre la maestra Martha Lilia. Núñez Jiménez no desayunaba, no lo dejaban, eran demasiadas las quejas, una tras otra, la voz de los que no habían sido escuchados ni atendidos, la voz no agradable de quienes les había sido prometido en cielo, mar y las estrellas, la voz de los que ya no creen en la palabra de esos que aseguraban que paso a pasito lograban sus “aspiraciones”; por eso, Núñez Jiménez estaba ahí, mirando otra vez cara a cara el desencanto, otra vez: regresando sobre sus pasos…

EL SEPTIMO SELLO
La renuncia del presidente del IEPCT refleja el grado de presión que existe al interior de lo que debería ser el órgano de imparcialidad y que todavía está convertido en patente de corso de algunos gana gracia que al igual que Judas vuelven a vender al Cristo por unas cuantas monedas…

LA SEPTIMA TROMPETA
No es de dudar a quien nos dice que a Ponchito lo que le hacía falta todos los días en el IEPCT era su ramita. También puede revisar esta columna en el blog http://alfredocalderon.blogspot.com/. Delaciones, chivatazos y confidencias al teléfono 99 33 18 21 65…

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