“Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí,
fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas rotas que no retienen agua”
Jeremías 2:13
Alfredo A. Calderón
Cámara
Enrique
Peña Nieto visitó Tabasco con un diagnostico ensombrecedor bajo el brazo,
acentuado por la constante desbandada de priistas apoyando al candidato del PRD
Arturo Núñez Jiménez. Desde su paraje feudal en el PRI, la inconsciencia e
impotencia de Francisco Herrera sólo alcanzó a decir: “es una bola cantada”.
Uno, plena inconsciencia porque su perorata exhibe la epilepsia política en que
chapalea y la insensibilidad para sentarse con los activos políticos del
partido que dirige y su conducta demuestra que ni en sueños es factor de unidad
dentro del priismo. Ahí se estrelló Peña Nieto, con el infranqueable muro de un
partido político inclemente, frío e indiferente, indefendible ante miles de
tabasqueños que rebelados ante la imposición del CEN que no les permitió
competir, hablar ni relacionar sus aspiraciones, han dejado los afanes del
partido en el limbo. Ayer Peña Nieto vivió en carne propia la fehaciente
demostración que la operación cicatriz en Tabasco, es letra muerta, que los resentimientos
están a flor de piel; pero, quien piense que en el PRI estatal tienen engañado
a Enrique Peña está más que equivocado, los fríos números de las encuestas
privadas mandadas a realizar por el ex gobernador del estado de México a una
empresa que trabaja para la UNAM, lo revelan como el verdugo de su propia
crucifixión y víctima de un ente político movido con activos apáticos,
entrenados para obedecer a sus propios dividendos y grupos que trabajan para sí
en vez de trabajar para los intereses del partido.
Cuando
Enrique Peña preguntó el por qué la comida era en un lugar abierto y pequeño en
lugar de haberlo hecho en un lugar amplio, masivo y con mejores comodidades
para sus convidados, la respuesta fue simple: el desencuentro no cede. Realidad
más grave aún: la dirigencia de Herrera León ni siquiera tiene la fuerza
suficiente como para conseguir el Centro de Convenciones. Educado para
satisfacer sólo sus pretensiones, con el pichurriento evento de la explanada
del INJUDET, Francisco Herrera dejo entrever a Enrique Peña que la catástrofe en
Tabasco está a la vuelta de la esquina, lo peor es la complacencia, la
resignación, la justificación y la tolerancia ante una mediocridad que día a
día, evento tras evento, indicador tras indicador se sustenta en la publicación
de encuestas amañadas, autoengaño que vislumbra un resultado dramático. Los
indicadores de Peña Nieto no mienten: relampaguean un derecho cercenado en los
tabasqueños con una historia de progresivo deterioro, un efecto combinado de
inclusión tardía agravado por la reprobación a la imposición. La deserción
producida lejos de ubicarla bajo parámetros de rebeldía, exhibe en no pocos
ejemplos a una generación herida la cual no fue atendida a tiempo con
sensibilidad; todo, por la complicidad en la construcción del lucrativo coto de
poder, de inventarse candidatos al vapor, amurallados, en vehículos de
empoderamiento, de asalto que tienen su fortaleza en el mayor de todos los conflictos
de los tabasqueños, la desmemoria…
EL SEPTIMO SELLO
“Yo quiero pedirles a ustedes y a todos los
tabasqueños que ni a Arturo Núñez, ni a ningún otro político, le demos nunca
más apoyos incondicionales, hay que dar apoyos condicionados a resultados”. Así, con esas palabras el candidato del PRD dejo en
claro que la construcción de falsas expectativas, la entrega ciega y la
exhibición de vertebras es lo que ha dañado tanto a Tabasco…
LA SEPTIMA TROMPETA
Luis Felipe Graham Zapata no muerde el anzuelo, escoge sus batallas y sabe que la construcción de la unidad que requiere no se dará descalificando priistas. Es cierto, para nadie es un secreto que en Tabasco se espía de oficio, pero Graham Zapata sabe y sabe bien que no son los tiempos de quemar la pólvora en infiernitos, sus aspiraciones están y han sido sustentadas en la disciplina, el dialogo, el respeto, pero sobre todo en los resultados entregados a su paso por la Secretaría de Salud. Las encuestas privadas de Peña Nieto lo tienen como dijera don Natán: requetebién. También puede revisar esta columna en el blog http://alfredocalderon.blogspot.com/.
Delaciones,chivatazos y confidencias al teléfono 99 33 18 21 65…