“Heridas y vergüenza hallará, y su afrenta nunca será
borrada...”
Proverbios
6:33
Alfredo A. Calderón
Cámara
Sin los elementos
indispensables de legalidad y razonamientos serios es muy difícil avanzar. Los
actos vandálicos ejecutados por maestros del SITET comandados por Roger Arias
es un mensaje no sano para cualquier autoridad. Históricamente, los maestros,
que han sido elementos de transformación; en los últimos tiempos, se han vuelto
en ejemplo -pésimo por cierto-, de seres incivilizados esgrimiendo la
violencia. Que alguien le diga a Roger Arias que Tabasco no es Oaxaca ni
tampoco la aberrante conducta de Flavio Sosa es digna de seguir. La educación
es el medio que hace posible la construcción de una sociedad de hombres libres
y dignos; pero, con aportaciones como las ejecutadas por Roger Arias y su turba
de matreros de la educación sólo merecen la censura, el reproche y la condena
de llevar los valores, principios e ideales educativos a niveles de habitantes
de chiqueros. La mayoría de la sociedad se cuestiona por qué los demás
sindicatos no reflejan una condición tan indigna. La respuesta es simple:
Porque los demás líderes sindicales tienen en la cotidiana identidad de educar
y formar a la niñez de Tabasco, el compromiso, así como los límites morales y
sociales que les obligan a acudir con respeto y templanza a las mesas de
negociaciones a discutir pliegos petitorios y encontrar siempre entre las
diferencias un punto de coincidencia que les permite llegar a buenos términos.
Ahora bien, Arias García en una defensa infantil alega
que quienes protagonizaron los daños son gente infiltrada en la protesta y
anuncia próximas marchas. No entiende y menos logra captar Roger Arias que
existen cientos de pruebas fotográficas que indican quienes fueron las personas
-y todos son maestros del SITET- que empujaron contra el vidrio; empuñaron y
aventaron las enormes piedras que rompieron el cristal e incluso agredieron
física y con insultos a los uniformados, amparados -según ellos- en la libertad
de manifestarse. Que alguien le diga al señor Arias Garcia que todo ese mal
proceder es libertinaje, desenfreno y exceso. Sería interesante saber ¿Quién
está detrás de la cólera manifiesta de Roger Arias? Es evidente que alguien
está tratando de incendiar Tabasco, generar inestabilidad en el sector
educativos y provocar problemas; porque todos y cada uno de los argumentos del
sedicente líder magisterial no tienen sustento social ni fundamento ético. Se
excusa Arias García en decir que fueron disque infiltrados quienes provocaron
los daños y cae de bruces al convocar a campesinos, pescadores, estudiantes,
amas de casa y ciudadanía en general ¿Dónde está la cordura de este sujeto?
Basta observar la reprochable actitud de Roger Arias para
que la sociedad tenga una idea de lo que este sujeto va a aportar a la nueva
legislatura ¡Violencia, gritos y golpes! ¡Piedrazos! Habrá que decirle que esos
modelos y los que está aplicando están obsoletos, ya no funcionan para levantar
de su postración a un magisterio empobrecido por sus propios líderes. Empezar
desde abajo, requiere honestidad y paciencia. Arias García no se ha distinguido
por ninguno de esos atributos: ni rendición de cuentas ni tolerancia. El
cumplimiento apresurado de "sus metas", no garantiza nada y suele ser
aleatorio y engañoso. Roger Arias es la imagen viva del político necio y
obstinado que viendo no ve y oyendo no oye. Nada le dejó el taller impartido para
los diputados electos. Su mejor tesis es sin duda: libertinaje y demagogia...
EL SEPTIMO SELLO
Roger
Arias tiene que darse cuenta que su liderazgo ha sido rebasado por la
disipación, el atropello y el extravío. Antes le echaba la culpa a otros
actores políticos, ahora a toda sombra que sienta que lo asusta de noche ¿Qué
sigue? Algún médico del sector salud debe hacer el bien de regalarle una camisa
de fuerza. Por él y por Tabasco...
LA SEPTIMA TROMPETA
Quizás
la obnubilada mente de Roger Arias le haga creer que está bien su mal accionar;
sin embargo, debería de preguntarse si en su necia agresión a los uniformados,
alguno de ellos hubiera resultado herido de gravedad por el cristal roto ¿Vale
la pena lastimar a un ser humano para satisfacer tanta rijosidad? También puede
revisar esta columna en el blog http://alfredocalderon.blogspot.com/
. A sus
órdenes al teléfono
99 33 18 21 65…
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