Se le denomina a la última gran guerra. Esto será en el gran valle de Megido que está en medio de Palestina desde el Mar Mediterráneo hasta el río Jordán. Tiene 300 kilómetros de largo y 15 de ancho.
La gran batalla de Armagedón es la batalla final de la historia humana. Todos los ejércitos del mundo protegerán sus propios intereses, llegaran a Megido, se unirán formando un solo ejército que estará listos para exterminar a los judíos y obtener todo el petróleo de Medio Oriente. Aquí es cuando Jesucristo interviene y detiene la locura y la maldad de la humanidad.

jueves, 17 de mayo de 2012

Oportunidad para la paz...


“Así que, sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación
Romanos 14:19


Alfredo A. Calderón Cámara
Mañana de tiempos cumplidos, de expectativas y observaciones; ahí estaban los tres, era el momento de los tres, cada quien pintado electoralmente para defender sus propuestas en el foro Acuerdo para el desarrollo y buen gobierno de Tabasco. No había sorpresas, quienes esperaban conflictos salían defraudados: no había zafarrancho; al contrario, los tres candidatos exhibían el nivel de la discusión, demostraban en la praxis que Tabasco tiene políticos que razonan, que debaten y pueden sentarse a dilucidar sus ideas, sus propuestas y aún sus diferencias dentro de un marco sano, de no agresión, dónde nadie tiene que bajar sus banderas, dónde cada uno pueda defender ideas y compromisos. Al final el foro entregaba buenos dividendos; ganaba la democracia, los empresarios, los candidatos y ganaba Tabasco. Jesús Alí le entraba de lleno a emitir sus reflexiones, sus planes y sus proyectos, se lanzaba al escenario con todo lo que tenía, su porra –ya preparada- le hacía segunda, lo importante para los asistentes fue que Alí de la Torre exponía sus ideas lejos de embates, sobrio y ponderado. El candidato de las izquierdas Arturo Núñez iniciaba contundente y daba un diagnóstico claro, pero severo lo que desde su visión de estadista requiere el estado que pretende gobernar: “Tabasco no necesita de una "lista de supermercado" sino de acciones concretas”. Una de las lecciones más importantes del manual político es la caballerosidad y Núñez Jiménez exhibía una vez más un gélido control, un dominio demasiado alejado de quienes le ubican bajo estigmas tropicalizados.

Todos los espectadores del foro vieron un Arturo Núñez capaz, sobrio, prudente, con oficio y sensibilidad, un político que no necesita recurrir a la violencia verbal o física. Presentaba sus propuestas, sus metas y compromisos con la sociedad, a la que está convencida de la urgencia del cambio y con aquellos que no tienen definido el voto, pero que estaban viendo en el candidato de las izquierdas, el político que con estilo y sin agredir o levantar polvaredas arengaba al rendimiento de cuentas. Núñez Jiménez estaba haciendo política, ahí, en la elite empresarial, política de la buena, la que rinde frutos, la que convence, la que sostiene y alimenta la amplia franja de convencidos de la clase política en torno suyo. Probablemente la supervivencia de este político se deba a la capacidad de enriquecer el debate llevando sus metas de la mano al terreno que más le convenía: la economía.

Se abría el espacio para Gerardo Priego, su escuela dentro del sector empresarial le hacía rendir frutos, conocía a la mayoría, hablaba su mismo lenguaje y arengaba dónde sabía que la sensibilidad de ellos sería despertada: hablaba de la inseguridad, de los secuestros, metía el “dedo en la llaga” al ubicar que la próxima vez quizás alguno de ellos –los empresarios- no estaría en el escenario de los debates al sufrir o estar secuestrado por la delincuencia organizada, prendía el entusiasmo, lanzaba sus reflexiones, sus compromisos y lo que traía en las alforjas. Al final, la civilidad prevaleció, los tres candidatos la hicieron presente y la dejaron en la conciencia colectiva de Tabasco, los empresarios tuvieron la visión de liberar las tensiones previas sin cerrar los ojos a la necesidad social. Pusieron las cartas sobre la mesa y cada candidato dio una oportunidad para la paz…

EL SEPTIMO SELLO
Gonzalo Fócil salió del debate a como entró, sólo, ajeno a la mano amiga: sin saludar a nadie, unos porque no lo conocen y los otros precisamente por eso: porque lo conocen. Por su parte Humberto de los Santos, repartía sonrisas, alargaba la mano, quería saludar a todos, abrazarlos, dar buena impresión. Luis Felipe Graham estaba en la Universidad del Valle de México, frente a frente con los estudiantes, cara a cara, haciendo amigos y ganando votos…

LA SEPTIMA TROMPETA
Gerardo Priego en pleno intercambio de ideas se notó sólo, cómo quien lucha a brazo partido round´s de sombra, sin equipo, sin respaldo, sin el andamiaje de clientelas, favores o convencidos que respalden y recojan cada una de sus metas. También puede revisar esta columna en el blog http://alfredocalderon.blogspot.com/. Delaciones, chivatazos y confidencias al teléfono 99 33 18 21 65…

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