“Así que, sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua
edificación”
Romanos 14:19
Alfredo A. Calderón
Cámara
Mañana de tiempos
cumplidos, de expectativas y observaciones; ahí estaban los tres, era el
momento de los tres, cada quien pintado electoralmente para defender sus
propuestas en el foro Acuerdo para el
desarrollo y buen gobierno de Tabasco. No había sorpresas, quienes
esperaban conflictos salían defraudados: no había zafarrancho; al contrario,
los tres candidatos exhibían el nivel de la discusión, demostraban en la praxis
que Tabasco tiene políticos que razonan, que debaten y pueden sentarse a
dilucidar sus ideas, sus propuestas y aún sus diferencias dentro de un marco
sano, de no agresión, dónde nadie tiene que bajar sus banderas, dónde cada uno
pueda defender ideas y compromisos. Al final el foro entregaba buenos
dividendos; ganaba la democracia, los empresarios, los candidatos y ganaba
Tabasco. Jesús Alí le entraba de lleno a emitir sus reflexiones, sus planes y
sus proyectos, se lanzaba al escenario con todo lo que tenía, su porra –ya
preparada- le hacía segunda, lo importante para los asistentes fue que Alí de
la Torre exponía sus ideas lejos de embates, sobrio y ponderado. El candidato
de las izquierdas Arturo Núñez iniciaba contundente y daba un diagnóstico claro,
pero severo lo que desde su visión de estadista requiere el estado que pretende
gobernar: “Tabasco no necesita de una
"lista de supermercado" sino de acciones concretas”. Una de las
lecciones más importantes del manual político es la caballerosidad y Núñez
Jiménez exhibía una vez más un gélido control, un dominio demasiado alejado de
quienes le ubican bajo estigmas tropicalizados.
Todos los
espectadores del foro vieron un Arturo Núñez capaz, sobrio, prudente, con
oficio y sensibilidad, un político que no necesita recurrir a la violencia
verbal o física. Presentaba sus propuestas, sus metas y compromisos con la
sociedad, a la que está convencida de la urgencia del cambio y con aquellos que
no tienen definido el voto, pero que estaban viendo en el candidato de las
izquierdas, el político que con estilo y sin agredir o levantar polvaredas arengaba
al rendimiento de cuentas. Núñez Jiménez estaba haciendo política, ahí, en la
elite empresarial, política de la buena, la que rinde frutos, la que convence,
la que sostiene y alimenta la amplia franja de convencidos de la clase política
en torno suyo. Probablemente la supervivencia de este político se deba a la
capacidad de enriquecer el debate llevando sus metas de la mano al terreno que
más le convenía: la economía.
Se abría el espacio
para Gerardo Priego, su escuela dentro del sector empresarial le hacía rendir
frutos, conocía a la mayoría, hablaba su mismo lenguaje y arengaba dónde sabía
que la sensibilidad de ellos sería despertada: hablaba de la inseguridad, de
los secuestros, metía el “dedo en la llaga” al ubicar que la próxima vez quizás
alguno de ellos –los empresarios- no estaría en el escenario de los debates al sufrir
o estar secuestrado por la delincuencia organizada, prendía el entusiasmo,
lanzaba sus reflexiones, sus compromisos y lo que traía en las alforjas. Al
final, la civilidad prevaleció, los tres candidatos la hicieron presente y la
dejaron en la conciencia colectiva de Tabasco, los empresarios tuvieron la
visión de liberar las tensiones previas sin cerrar los ojos a la necesidad
social. Pusieron las cartas sobre la mesa y cada candidato dio una oportunidad
para la paz…
EL SEPTIMO SELLO
Gonzalo Fócil salió
del debate a como entró, sólo, ajeno a la mano amiga: sin saludar a nadie, unos
porque no lo conocen y los otros precisamente por eso: porque lo conocen. Por
su parte Humberto de los Santos, repartía sonrisas, alargaba la mano, quería
saludar a todos, abrazarlos, dar buena impresión. Luis Felipe Graham estaba en
la Universidad del Valle de México, frente a frente con los estudiantes, cara a
cara, haciendo amigos y ganando votos…
LA SEPTIMA TROMPETA
Gerardo Priego en
pleno intercambio de ideas se notó sólo, cómo quien lucha a brazo partido
round´s de sombra, sin equipo, sin respaldo, sin el andamiaje de clientelas,
favores o convencidos que respalden y recojan cada una de sus metas. También puede revisar
esta columna en el blog http://alfredocalderon.blogspot.com/.
Delaciones,
chivatazos y confidencias al teléfono 99 33 18 21 65…
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